ALEJANDRO PÉREZ MARTÍNEZ

Fotografía aérea de Casetas. En la esquina inferior izquierda las casas de la calle de las Eras.

ALEJANDRO PÉREZ MARTÍNEZ

Albañil. 35 años.

Según el relato de Dominica Tejero, Alejandro Pérez Martínez había nacido en 1901 y trabajaba como albañil. Estaba casado con Pascuala Egido, con la cual tenía una niña y otra apunto de nacer. Vivía en la calle de las Eras 29, en Casetas.
Dominica, que era vecina de Alejandro, narra su detención así:
“(...) el día que vinieron a detenerlo me encontraba con él en la puerta de su casa. Estábamos sentados en el suelo y encima de un banquillo tenía un plato de ensalada de tomate y cebolla, se estaba comiendo una sardina rancia que yo le había ido a comprar. Yo estaba comiendo pan con chocolate que él me había dado, de pronto dijo: “Juanota, tenemos visita”. Me quede mirando y vi que venían dos guardias civiles. Alejandro volvió a decir: “No necesitábamos esta compañía “ y siguió comiendo tranquilamente.
Llegaron hasta nosotros y uno de los guardias dijo: “¡Ale, no comas más que se te va a indigestar!”. Acto seguido le dio una patada al banquillo. El otro guardia civil reconvino a su compañero: “Que está la chica”. El primero le cogió de las manos a Alejandro y se las puso detrás, en la espalda, se las debió de atar, pero no soy capaz de recordar con que. Alejandro me dijo cuando ya se lo llevaban: “Juanica, cierra la puerta y dale las llaves a tu mama”.
Después de ver esto, estuve dos o tres días que no podía quitarme de la cabeza a Alejandro.
Pascuala se había ido a pasar una temporada a Barcelona a casa de unos parientes ya que estaba embarazada de dos meses, y al parecer tenía muchas molestias y el médico le había aconsejado que sería bueno que cambiase de aires. Así pues, Alejandro no volvió a ver nunca más a su esposa ni a sus hijas. De Sarita disfrutó durante cuatro años, a la pequeña no la vio ni nacer, ya que lo asesinaron al poco tiempo de su detención, pues también formó  parte de los ocupantes de los dos camiones que llenaron en Casetas.
Lo ejecutaron con un tiro en la cabeza el 19 de agosto de 1936, junto con otros vecinos como Jesús Acón, Juan Cruz Guembe, Ricardo Martínez o Amasvinda Melús.


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